De vuelta en España. Definitivamente

jueves, 17 de septiembre de 2009

Hoy, 17 de Septiembre (mi cumpleaños y tal), es cuando ya me siento otra vez totalmente español. Un día después de darme mi matador viaje de 12h de vuelta, por fin pise tierra española, y esta vez, para siempre. El Erasmus -físico- había acabado, aunque aún quedaba el papeleo a posteriori.

El día que tuve que hacer la limpieza, me lo tomé totalmente con calma. El día anterior hice el paquete que iba a mandar, desmontando los cuadros de la pared, cubriéndolo con plástico de bolitas... y esa mañana lo fui a enviar a Correos. El espacio que tenía la caja prefabricada no era gran cosa, y podía meter hasta 20kg en ella, costa altamente improbable. Sin embargo, después de meter tantas cosas y cogerla, aquello pesaba un quintal. Y a la hora de llevarlo... 9kg sólo. xDD

Volví a casa y me dispuse a hacer las maletas a la vez que limpiaba y recogía el cuarto. El sofá ya se había marchado, y la impresora, altavoces y demás trastos me los fueron cogiendo los nuevos españoles a lo largo del día. La habitación ya estaba prácticamente vacía. Había incluso eco al retirar el sofá. Mi sofá. El que me costó 5€... Cuando llegó la hora de la cena, sólo me quedaba por limpiar la cocina y el baño, fregar y barrer el suelo. Y la revisión la tenía al día siguiente a las 10 de la mañana... no sabía si me iba a dar tiempo. Me lié a rascar bien la cocina con KH-7 y todo salió y quedó reluciente. Solo quedaba la aventura del sumidero del baño... Pedí a Héctor unos guantes de goma y me puse al lío. Lo destapé y... ¡Vaya! Pues no parece que esté tan sucio. Estaba con algo de guarrería, obviamente, pero tanto como decían algunos... No sé, me parece que los demás eran un poco guarros. Yo cogí, limpié un poco y le di agua con la ducha y se quedó limpio limpio. Me acosté y al cabo de unas horas me volví a levantar para terminar de hacer lo que me quedaba: quitar las postales de mi Wardrobe of Fame, mover todas las cosas a la habitación de Liher que me la había prestado para dormir esa noche (pues él había vuelto a Bilbao el día anterior)...

A las 10 de la mañana, vino Thomas a hacer la revisión. Según estaba en la puerta, dio un paso y se tiró 5 minutos observando y apuntando en la PDA. Y cuando digo un paso, es un paso y quedarse quieto mirando. Comprobó todo: encima de los marcos de las puertas, encima del espejo, detrás de la lavadora, en el sumidero de la ducha (el cual al verlo flipó de lo limpio que lo dejé). Comprobó el resto de la habitación y dio el visto bueno. :D

Acto seguido era el momento de... el intercambio de muebles. Luis tenía la mesa de la habitación de Lucía totalmente rota. Vamos, que como la moviera, se le caía toda como si fuera un puzzle, totalmente desmontada. Asique al final cogimos y la cambiamos por la mia, que estaba impecable. Ese día desayuné gratis. :P Carlos también quería cambiar su cama, pues decía que le dolía la espalda con la suya y el matress le engullía al tumbarse en ella. Probó la mia, le gustó y ale! Otra cosa más que cambiamos. Cerré la puerta, y me despedí del recuerdo de mi habitación...




Bajé al centro a devolver las llaves, cobrar la fianza, y ya de paso, comí allí abajo, pues no tenía ni comida ni nada. Cuando subí a casa, decidí echarme un poco la siesta, pues por la noche tendríamos la cena, que se alargaría un par de horas sobre la noche, y al día siguiente había que madrugar para coger el tren hacia Copenhague.

Así pues, ya por la noche, nos empezamos a preparar para la cena. Yo dije que iba a hacer unas bravas, y Luis se animó a hacer el alioli. Sencillo y eficiente. También le dije a Johanna que haría una tarta con ella, e hicimos una Swedish Apple Pie (Svenska Äppelpaj en sueco o Tarta Sueca de Manzana en español), acompañado de salsa de vainilla. He de decir que a pesar de no tener fotos, estuvo de auténtica muerte, por favor. Otros platos que hicieron fueron Tortilla de patata, revuelto de patatas, huevo y bacon, huevos rellenos, palitos de mozarella... Samira trajo también comida iraní; Anna Maria trajo Schnitzel, Markus hizo Apfelstrudel... pero vamos, todo voló enseguida. Estuvo todo delicioso.




Después de ello, toda la gente que estuvo por allí me firmó la bandera sueca y me marché a dormir a la habitación de Liher. Una lástima no acordarme de sacarla en el primer semestre, porque hubiera querido que me firmaran muchas personas que se fueron...

Al día siguiente, me levanté pronto para terminar de recoger la maleta y coger el tren. Demasiado pronto de hecho. Me tiré más de media hora dando vueltas por la habitación sin saber qué hacer. Mientras tanto, Sandra vino a mi habitación a despedirse de mi antes de ir a clase, y yo esperé a Johanna y Carlos, que dijeron que iban a venir conmigo a la estación a despedirse de mi. Poco a poco las cosas se iban quedando detrás. Mi último vistazo a Minerva, mi último camino al tren... Una vez llegamos allí, me despedí de ellos y marché hacia Copenhague. Había llegado la hora de decir adios a Suecia...

Llegué a Copenhague también con demasiado adelanto, así que aproveché para irme a comer al Burger King del aeropuerto. Todavía no habían abierto la facturación de Iberia, por lo que me subí con las maletas. Eso sí, antes de irme a comer, aproveché una cinta vacía para saber el peso final de todo lo que llevaba. Aquello era demasiado y a la hora de pesarlo... Ufffffff! 30kg la maleta grande y 10kg el equipaje de mano. ¡Entraba justo en los límites! :D :D Esta vez no me tocaría hacer peripecias. Ya, tranquilo por todo, me fui a comer y después facturé.

Como había llegado con demasiado adelanto como dije, de camino a la sala de embarque me encontré LA sala. No es una sala cualquiera, es LA sala. En mayúsculas. Era la Sala de Descanso del aeropuerto que Imanol siempre me comentaba cada vez que pasaba por allí. Una sala totalmente acristalada e insonorizada, con unos butacones enormes y supercómodos para descansar... Y así fue, por supuestísimo. Cogí un asiento y uffff, que comodidad por favor... Tenía todavía algo más de una hora hasta coger el avión, así que procedí a echarme una minisiesta. Y me sentó a gloria. Luego ya en el avión, para amenizar otro poco las 3:15h de vuelo que tenía, me saqué el portátil y me puse a ver una película. Llegué a España en el horario previsto, pero tuve que esperar una hora más a que Iberia sacara las putas maletas. Muy bonita puede ser la T4, pero eficiencia le falta un poco...

Por fin salí, y vi a mis padres otra vez. Mi madre, contenta supongo porque no volveré al extranjero, eso que tantos disgustos le dio, pero que supo que era algo que iba a llegar y habia buscado. Mi padre, contento por tenerme otra vez en casa.

Hoy, me he levantado pronto para hacer los papeleos de la Escuela de Idiomas, que me aplazaron un año por pedir el Erasmus. Ya el lunes entregaré los papeles a De la Lama. Hoy no tengo ganas de más, solo disfrutar de mi dia.

2 comentarios:

liher dijo...

porcierto, te dejaste la luz encendida de mi habitación cuando te fuiste...
Y al volverla a encender, se fundió y me quedé definitivamente a oscuras en la habitación. Cocinando con la luz del baño. Un temita...

Ángel dijo...

Sí o qué tio? xD No te puedo decir que no, porque no me acuerdo, pero si fue así, lo siento. Tuvo que ser divertido verte con la luz del baño cocinando... xDD