Tour Nórdico IV: Malmö

viernes, 21 de agosto de 2009

La siguiente parada en nuestro trayecto, era Malmö. Después de haber hecho todo el recorrido por Suecia, he de decir que es la que más me ha gustado de toda Suecia, después de Estocolmo, por supuesto. Un encanto, una vida, un diseño y un bienestar por allí increibles. Y las vistas, increibles también, por supuesto.

Cogimos el tren en Lund por la mañana, y de ahí hasta nuestro próximo destino, solo nos unían 30 minutos de tren. Una vez llegamos a la estación, fuimos a la oficina de turismo de rigor, a preguntar información, descuentos y cosas útiles que nos puedan servir. Allí compramos la Malmö Card, la misma tarjeta que en Göteborg, para poder usar el transporte de forma gratuita durante 24h. Lo primero que hicimos fue lógicamente ir al hostal, y una vez allí... ¡qué pasada! ¡Ni punto de comparación con el de Lund ni con ninguno! Llegamos a las 12, y preguntamos si podíamos ducharnos allí, ya que en Lund fue imposible, y a pesar de no poder hacer el check-in aún, no nos pusieron ninguna pega. Las duchas estaban muy bien, y salimos totalmente rejuvenecidos de allí, después de la mala experiencia de Lund. Nos dieron la habitación justo cuando salimos, y estuvimos en la segunda planta, en una habitación para 4 personas, que luego cuando volvimos por la noche, estábamos solo nosotros dos en ella y abajo un cartel de "COMPLETO". Las risas que nos echamos fueron muy grandes.

Una vez salimos del hostal, fuimos a ver lo más básico y esencial de la ciudad: el Turning Torso, de Calatrava.














El diseño de todas las casas es espectacular... Que me dieran a mi cualquiera de esas, que no me lo pensaba vamos. ¡Preciosas todas!


Y la vida que tenía el paseo a lo largo de la playa. Con música incluida y todo por los alrededores.


Ana, y el Puente de Öresund al fondo, uniendo Suecia y Dinamarca.




Y aquí una foto a escondidas de unos chavales que se estaban tirando al mar desde el mirador (lo cual estaba prohibido), a pesar de haber rocas debajo. Debían sabérselo bien para lanzarse. Luego, tenían que escalar un muro de unos 25-30 metros para subir arriba de nuevo...


Después de visitar el barrio de Västra Hammen, fuimos de nuevo al centro de la ciudad, aprovechando el buen tiempo que hacía, y así buscábamos un sitio para comer. Cuando llegamos a comer, nos aconsejaron que nos metiéramos dentro porque iba a llover... y joder si lo hizo. En 5 minutos cayó lo que no había caido en toda la semana. Además, resultó que el camarero era sudamericano y se alegró de ver a españoles.









Cuando terminamos de comer, nos fuimos al Barrio Cultural Mazetti, donde está la Casa de la Cultura de Malmö, así como la Fábrica de Chocolate de la ciudad (Malmö Choklad och konfektfabriks AB), ahora cerrada y reconvertida en museo y tienda.




Y justo al lado, el Parque de Atracciones de la ciudad. Fuimos a echar un vistazo a ver si nos montábamos en algo, pero no había nada interesante. Bastantes puestos y mercadillos por los alrededores. Y gente RARA. MUY RARA. Para que veáis los emos que circulan por Suecia...





¡Pero mola que te cagas ese peinado! xDDD

En ese momento dijimos... ¡Oye! ¿Y si nos vamos a la playa a bañarnos ahora a pesar de que no pudimos hacerlo en Karlskrona? ¡Y allá fuimos! A darnos (o intentar darnos) un chapuzón en el Báltico...



Esto fue lo máximo que pudimos lograr... El agua jodidamente HELADA.




Y otra tormenta que se estaba desatando en el estrecho...




Y ya, al volver andando hacia el hostal, nos paramos a ver la Biblioteca de Malmö, Sankt Petri Läroverk (una Escuela) y la Galería de Arte de Malmö.





Esa noche nos hicimos la cena en el hostal, y nos fuimos a acostar y descansar bien en una cama decente, no como en el hostal de Lund.

Al día siguiente teníamos pensamiento de levantarnos pronto e ir a Copenhague, pero viendo lo bien que lo estábamos pasando en Malmö, preferimos quedarnos allí al menos hasta la hora de la comida. Dada la nueva afición de Ana de pasear por los "cementerios", nos fuimos al de Malmö. Hasta que de repente una tormenta apareció de la nada y nos pilló en mitad del bosque, refugiándonos como podíamos debajo de un árbol.








Una vez terminó y algo mojados, continuamos un poco el paseo, a ver si en tiempo nos lo permitía...


La fauna que había allí era extraña. Vale que no soy ornitólogo (para los de la LOGSE: Persona que estudia las aves); pero aquellas no las había visto en mi vida. Incluso tenían un monumento en el propio bosque.






También vimos el mercado de pescado fresco de la ciudad. Nos quedamos asombrados por la buena pinta que tenían los salmones, por favor. Daban ganas de llevárselos y todo. ¡Incluso hamburguesas de salmón! Madre mía si hubiera esto en Karlskrona...


Después de dar una vuelta por los alrededores, volvimos al centro de Malmö, donde estuvimos visitando su iglesia:




El ayuntamiento:



Y la última foto divertida del viaje, junto a la Optimistorkestern de Malmö. :D



Próxima parada: ¡Copenhague!

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